Uno de los moluscos de agua dulce más invasores del mundo fue hallado en el río Chubut y se investiga cómo hizo para cruzar océanos y ríos en una extensión de 18 mil kilómetros de su hábitat natural. La almeja asiática (Corbicula fluminea) ha marcado un hito al ser detectada en el punto más austral de su recorrido mundial, alertando a investigadores sobre potencial depredador y su impacto negativo en el ecosistema de los ríos patagónicos.
Un reciente artículo publicado en la revista Limnology y cuya autoría corresponde a un equipo científico argentino mostró su preocupación por la capacidad que tiene este molusco “para alterar el equilibrio de la cadena alimentaria local y obstruir instalaciones hidráulicas cruciales. La almeja asiática es conocida por su alta tasa de reproducción y rápido crecimiento, factores que impulsan su capacidad de invasión en nuevos entornos. Investigaciones previas documentan su propagación en ríos de Asia, Europa, América y África durante el último siglo.”
Expertos ya habían identificado la presencia de esta especie invasora en regiones de Argentina, Brasil, Venezuela, Cuba, México, Ecuador, Perú, Panamá y Uruguay. «Recientemente se la encontró en Asunción, Paraguay», indicó Alejandra Volpedo, directora del Instituto de Investigaciones en Producción Animal de la Universidad de Buenos Aires.
La autora principal de la investigación, Berenice Trovant, investigadora del Instituto de Diversidad y Evolución Austral (IDEAUS) del Centro Nacional Patagónico (CENPAT), reveló que la almeja asiática ha marcado su territorio en el río Chubut. Trovant sugiere que la introducción podría estar vinculada al agua de lastre de barcos, una de las principales vías de dispersión de especies invasoras.
Pablo Filippo, docente de la Universidad de Buenos Aires, destacó la importancia de un convenio internacional implementado en 2017 que busca controlar la propagación de organismos acuáticos dañinos a través del manejo del agua de lastre de las embarcaciones. La autoridad encargada de aplicar esta ley en Argentina es la Prefectura Naval.
A pesar de la incertidumbre sobre la fuente exacta de introducción en el río Chubut, se sospecha que la actividad de la «flota amarilla», barcos característicos de la zona que se dedican a la pesca de merluza y langostinos, podría estar involucrada. Trovant y otros expertos enfatizan la necesidad de monitorear y controlar estas invasiones, ya que una vez establecidas, su erradicación es una tarea monumental.
La invasión de especies como la almeja asiática plantea un desafío preocupante para los ecosistemas locales. La colaboración entre pescadores, autoridades ambientales, instituciones académicas y otros actores es esencial para implementar estrategias efectivas de monitoreo y control, con el objetivo de preservar la integridad de los sistemas acuáticos en la región.
Las investigaciones científicas se han profundizado en estos meses, luego del hallazgo y previendo qué puede suceder en caso de avanzar hacia otros ríos más al sur de la Argentina y especialmente si tienen capacidad de conectarse hacia el oeste con espejos de agua y afluentes de lagos y lagunas.