En un contexto de inestabilidad económica crónica, como el que lamentablemente caracteriza a nuestro país, hablar de moneda digital podría ser una prioridad secundaria. Los desafíos económicos, como la alta inflación, la deuda creciente y la pobreza persistente, acaparan la dolorosa atención sin ser resueltos.
Pero es precisamente en estos momentos cuando la exploración de nuevas soluciones tecnológicas se vuelve aún más relevante. Las monedas digitales y la tecnología blockchain ofrecen la posibilidad de abordar algunas de las deficiencias estructurales del sistema financiero argentino. Independientemente de la ideología política, debemos considerar esta conversación como parte de la búsqueda de soluciones efectivas económicas.
El debate entre los candidatos presidenciales ha colocado en el centro del escenario político argentino un tema importante: las Monedas Digitales de Bancos Centrales (CBDC). Este tema refleja la necesidad de abordar las consecuencias que el mundo digital ya tiene en nuestra cotidianeidad y destaca la importancia de contar con una moneda digital que permita a Argentina mantenerse alineada tecnológicamente con el resto del mundo. También ilustra, no seamos ingenuos, la creciente influencia de las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la formulación de políticas económicas.
Blockchain
En el contexto de tecnologías innovadoras y disruptivas, la tecnología Blockchain o Cadena de Bloques ha emergido como un factor dominante en el ámbito financiero. Esta tecnología es el pilar fundamental de los proyectos de CBDC que se están desarrollando a nivel mundial. Hace quince años, el surgimiento del Bitcoin marcó el punto de partida para la adopción generalizada de la tecnología Blockchain, forzando a los bancos centrales y al sistema financiero tradicional a adaptarse a esta nueva realidad.
En respuesta al auge de los criptoactivos y a las turbulencias económicas desencadenadas por la pandemia, los bancos centrales de todo el mundo han tomado distintas medidas, siendo la creación de las CBDC una de las más destacadas. Distintas naciones están considerando algún tipo de participación en las CBDC, y algunas planean lanzar una moneda digital pública para los ahorristas minoristas en un futuro cercano. Hasta julio de 2023, ya se han lanzado cuatro CBDC en todo el mundo.
El desafío de la moneda digital
Brasil, el principal socio comercial de Argentina en la región, está llevando a cabo una prueba piloto del Real Digital (DREX), su moneda digital de curso legal. Esta iniciativa busca potenciar operaciones en línea y desarrollar modelos innovadores utilizando tecnologías como contratos inteligentes e Internet de las Cosas (IoT). La interoperabilidad con sistemas locales e internacionales es esencial para lograr una mayor integración financiera y comercial.
El respaldo del FMI a las CBDC siempre despierta sospechas. Argumenta que, si se diseñan adecuadamente, pueden fortalecer la usabilidad y la eficiencia de los sistemas de pago, así como el aumento de la inclusión financiera en América Latina y el Caribe. El FMI dice promover estas monedas digitales como una herramienta para mejorar la transparencia de las transacciones de activos digitales a nivel nacional.
La implementación de una moneda digital argentina es un desafío que requerirá coordinación entre el sector público y privado, dada la creciente influencia de la tecnología en el mundo actual. A pesar de las ventajas potenciales, también surgen preocupaciones sobre la privacidad y el control gubernamental sobre las transacciones. Las CBDCs pueden mejorar la eficiencia y la transparencia en los sistemas financieros, pero no es el fin sino un medio, una herramienta para ayudar a resolver algunos problemas estructurales en nuestra economía.
A pesar de las persistentes turbulencias económicas y los desafíos no resueltos, como la lucha contra la pobreza, es fundamental reconocer que la adopción de tecnologías de monedas digitales no debe ser subestimada. No debemos menospreciar su capacidad para contribuir positivamente a la sociedad.