Desde la encantadora isla de Chiloé hasta las vastas llanuras de Kansas, un zarapito de pico recto trazó un sorprendente viaje de 9.350 kilómetros sobre las olas del océano Pacífico.
En el corazón de este relato asombroso se encuentra un ave costera de apariencia singular debido a su largo y afilado pico. El protagonista de esta travesía épica, desafía el océano Pacífico en un vuelo de distancia excepcional mostrando una admirable adaptación y resistencia, habiéndose registrado su travesía a través de tecnología de geolocalización que nos revela sorprendentes secretos sobre cómo se prepara para volar sin descanso ni alimento durante seis días seguidos.
Junto a sus compañeros migratorios, el zarapito demuestra la magnitud del instinto y la habilidad de las aves para cruzar continentes en busca de climas más propicios. La respuesta a qué impulsa a estas aves migratorias a emprender semejantes travesías se encuentra en su constante búsqueda de climas cálidos. Estas aves costeras han perfeccionado el arte de seguir las estaciones, desplazándose entre los hemisferios norte y sur en un baile sincronizado con la naturaleza.
Durante este año, un dispositivo de geolocalización fue colocado en el protagonista de esta historia gracias a la labor comprometida de científicos especializados en las migraciones aladas. La fascinante investigación tuvo lugar en el Laboratorio de Ecología de Aves Bird Ecology Lab, un componente esencial del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la Universidad Austral de Chile. El Dr. Juan Navedo, líder de este equipo, describe a estos zarapitos como «superatletas obesos».
Pero, ¿cómo afronta este intrépido viajero seis días de vuelo sin descanso ni alimento? Los expertos de la Universidad Austral revelan que esta ave desarrolla notables adaptaciones antes de sus largos vuelos migratorios. Durante semanas, el zarapito acumula reservas de energía, incrementando su masa corporal y almacenando generosas dosis de grasa. De manera sorprendente, también aumenta los músculos de sus alas y el tamaño de su corazón.
Aunque muchos de sus congéneres se unen al viaje hacia el hemisferio norte, es este ejemplar el que realiza el vuelo más audaz. Sus compañeros, por otro lado, optan por una primera parada de reposo en las costas mexicanas, siguiendo una ruta migratoria similar.
Desde las costas encantadas de Chiloé hasta los horizontes infinitos de Kansas, la historia de este zarapito de pico recto nos recuerda el asombroso poder de la migración y la innata determinación de las aves que desafían los cielos.