Todos los días de la semana, junto a su esposa se levantan a las 5 de la mañana para llenar la caja de la bici y ofrecerlas en la estación de servicio de la Ruta 237. En las fiestas y bailes, ahí está con su grupo musical.
La bicicleta con la caja verde y las letras rojas es la imagen más típica que tiene la parada en la estación de servicio de YPF en Piedra del Águila. Yendo para la zona sur cordillerana de Neuquén y Río Negro, o viniendo de esa zona, no sólo la geografía invita a una pausa en el camino, sino esas torta fritas o panes rellenos que tienen el sabor de lo casero y el ingreso diario de un matrimonio.
Todos los días de la semana, Miguelito Gallardo y su esposa Raquel Herrera, amasan desde las cinco de la mañana para poder llegar a primera hora a su puesto ya tradicional de venta de torta fritas. Pero claro que también hay que atender a comercios, vecinos y vecinas de Piedra del Águila que no pueden evitar el inicio de la jornada laboral con esa compañía para el mate mañanero.
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El propio Miguelito, contó en una charla con Pasó Hoy que hace unos tres años trabajaba en una panadería local y Raquel comenzó con la idea de hacer algo casero para sumar un ingreso a la familia. Al poco tiempo, las monedas que sumaba ella eran casi las mismas o más que las conseguidas por él. Entonces comenzó a leudar la idea de orientar sus esfuerzos a este emprendimiento familiar, con el compromiso de conservar la calidad artesanal y casera de los productos y también de cumplir a rajatabla con los clientes y lugares adonde ofrecer los panificados.
Así, además de la cadena de clientes fijos que tuvo Raquel, se le sumaron un par de comercios de repuestos y otros que agregó Miguelito. Hasta que un día, en medio de la nieve, llegó a la estación de servicio de YPF, ubicada en la Ruta 237 y punto de llegada y salida de miles de vehículos por día. Al ratito, la mercadería se le había terminado. Así fue como al otro día y al otro día, con frío, lluvia, nieve o extremo calor, la bicicleta con su caja verde y sus letras rojas se fue transformando en el faro de quienes habitualmente circulan por la zona.
En épocas de vacaciones de invierno o de verano, la mercadería se aumenta en cantidad porque la demanda también crece, nos contó.
Pero no sólo de masas vive el hombre. Empapado de ritmos camperos en la casa de su abuelo de la zona de Pichi Picún Leufú, Miguelito Gallardo abrazó con amor al acordeón y a partir de allí –por las suyas y sin aprendizaje– se enamoró del instrumento.
Lo invitaron para una fiesta y tuvo que recurrir a otros músicos y conformar un grupo para dar respuesta a las convocatorias a amenizar fiestas o bailes populares de la zona centro de la provincia del Neuquén.
Ahí nació “Miguelito y su conjunto”, que ha sido protagonista de varios escenarios, entre otros en el de la fiesta por el aniversario de su pueblo.
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Raquel es quien lo acompaña en la vida y en el emprendimiento y además incorpora al proyecto los valores y costumbres también de la zona rural, pero en este caso en cercanías de la localidad de Las Coloradas.
No está demás, para quienes circulen por Piedra del Águila aprovechar las ofertas de panificados de Miguelito, sabiendo que consumirán algo casero pero además formarán parte de este proyecto de ganarse la vida como nos han enseñado: trabajando. Y si lo encuentran en un baile, saber que esas teclas del acordeón tienen harina de la buena con leudante de la Patagonia, que no es poca cosa.