El producto salió congelado desde los criaderos de Piedra del Águila y es la primera vez que se realiza una exportación de este tipo en la historia del país.
Cinco mil kilos de trucha arcoíris fueron exportados desde los criaderos de Piedra del Águila, Neuquén, a Estados Unidos y se suma a otro embarque histórico como fue el envío de mercadería similar a Japón. La Secretaría de Agricultura de la Nación y los gobierno de Neuquén y Río Negro destacaron esta operatoria que puede significar la apertura de nuevos mercados internacionales.
En el embalse de la represa de Piedra del Águila, la empresa chilena Idris Patagonia-Mar Andino desarrolla el emprendimiento de cría de truchas arcoíris, apunta a producir unas cuatro mil toneladas durante este año para llegar a unas 15 mil en los próximos años. Según se indicó desde la empresa la cría de truchas en agua dulce tiene “genética de punta, 100% libres de antibióticos y excelentes niveles de conversión.”
El emprendimiento de Piedra del Águila incluye la transformación del “estándar productivo en cuanto a las balsas jaulas utilizadas”. La empresa sostuvo que “pasamos de las clásicas jaulas artesanales de 6×6 metros o 10×10 mts., a jaulas de 15×15 y 30×30 metros de tecnología noruega, el mismo estándar que se utiliza en ese país o en Chile. Pasamos de unidades de 180 metros cúbicos a unidades de 13.500 metros cúbicos, esto no sólo hace más eficiente la inversión, sino que además mejora considerablemente las condiciones de cultivo, y el bienestar animal, nos permite mantener nuestros peces a bajas densidades de cultivo lo que repercute en peces más sanos, de excelentes crecimientos y con un bajo impacto ambiental”.
Todo el ciclo sucede en un radio de 3 kilómetros donde está concentrada la incubación, la primera etapa de juveniles, el engorde en jaulas en el lago y la planta de proceso que hizo la provincia de Neuquén, pues el desarrollo de la actividad acuícola se enmarca en el Plan Quinquenal 2019-2023 para la ampliación de la matriz productiva provincial.
“Esta distancia nos permite llegar con el pescado recién sacrificado a la planta de proceso logrando una calidad de filete superior”, remarcó la firma.
La planta construida en Piedra del Águila de 900 metros cuadrados, es única en el país y tiene una capacidad actual de más de 5 mil toneladas en tres turnos. “Con esto estaríamos bien para los primeros años, pero después habría que pensar en ampliarla y dejar quizás una de valor agregado y otra de proceso primario”, se informó.
Chile, Perú, Argentina, Noruega y Dinamarca y se relaciona con una manera de producir truchas bajo un profundo compromiso con la sustentabilidad, bienestar animal y compromiso social.
“A diferencia de Chile, Argentina no ha desarrollado la acuicultura según podría a partir de su potencial acuícola y ambiental. Será un punto de inflexión para la acuicultura argentina”, destacó el ingeniero acuícola argentino, Lucas Maglio, que desde hace varios años vive en Chile, pero soñó siempre con un proyecto de esta envergadura en su país.
“Todo empezó en octubre de 2017 cuando fuimos a instalar un equipo de nanoburbujas con oxígeno para mejorar la condición del agua en Perú, a 4.700 metros de altura, para una empresa que se había instalado allí a producir salmónidos sin antibióticos. Cuando me enteré de que tenían oficinas y planta de proceso en Puerto Montt, donde yo vivo, a solo 5 horas en auto de Piedra del Águila y los embalses del Limay, les propuse replicar el exitoso modelo de Perú en el embalse Piedra del Águila”, relató Maglio, Country Manager de Mar Andino.
Después de lograr la aprobación y el apoyo del gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, en mayo de 2019 se importó la primera tanda de ovas desde Dinamarca, se incubaron, se desarrollaron en excelentes condiciones. En paralelo con líneas de genética local, estos pescados ya fueron exportados a Japón en abril del 2020. “Durante este período hemos seleccionado futuros reproductores para iniciar nuestro plan de desarrollo genético, esperamos en algún momento poder genotipificar estos peces, establecer la base genética e iniciar un programa de familias con marcaje vía pittag (microchips). Esto nos permitirá paulatinamente disminuir el ingreso de ovas importadas y apoyarnos en nuestra genética propia”, explicó Maglio.