La petrolera estatal YPF levantó la mano a la hora de sacar por el mar el petróleo que extrae en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, con una propuesta más que interesante: construir un oleoducto y un mega puerto de operaciones con barcos extranjeros habilitados para ese transporte.
Pudo ser el puerto de Quequén (en la provincia de Buenos Aires) que tiene buena profundidad de 30 metros en lo que será la operación de los barcos a unos siete kilómetros de la costa. Pero la distancia de más de 900 kilómetros de los pozos neuquinos y el posible conflicto con la actividad de exportación de granos, dejó de lado esa posibilidad. Otro tanto sucedió con Puerto Rosales (cercano a Bahía Blanca) donde otras actividades portuarias pueden generar conflicto con el proyecto de YPF.
En un momento también se analizó realizar la obra en Comodoro Rivadavia (que podría sumarse a la actividad que la petrolera tiene en la cuenta chubutense), donde las características del mar hacen viable la operación marítima de transporte petrolero. Pero los 1200 kilómetros entre una cuenca y otra, desactivaron esa posibilidad.
Finalmente, la balanza se inclinó hacia la costa rionegrina, más precisamente en Punta Colorada, ubicada al sur de San Antonio Oeste y Las Grutas y cercana a las paradisíacas Playas Doradas. La distancia a los pozos de Vaca Muerta es de unos 600 kilómetros, a siete kilómetros de la playa hay sectores de hasta 40 metros de profundidad y el mega puerto tendría una actividad exclusiva de YPF. Esas tres razones fueron las que determinaron en la empresa estatal el objetivo de trasporte y exportación del petróleo neuquino.
Pero la legislación rionegrina tiene contemplada una consulta previa y pública para analizar cada uno de los proyectos de este tipo que pueden generar un alto impacto en la región. Precisamente, ese impacto (visto como negativo) podría confrontar con la actividad turística y el ecosistema marino de esa zona costera rionegrina.
Esas serán las voces más numerosas y altisonantes en la Audiencia Pública que se llevará a cabo desde este jueves 17 de agosto en el salón del club Vuta Mahuida de la rionegrina Sierra Grande, y confrontarán con defensores de los estudios de impacto que realizó la empresa y algunas organizaciones privadas, además de quienes apoyan el proyecto por la generación de empleo y aumento de las exportaciones hidrocarburíferas argentinas.
Entre quienes participarán, se estima que unos cien oradores, se incluye también a representantes de comunidades originarias de la región.
El proyecto
El llamado proyecto Vaca Muerta Sur de la estatal YPF contempla el trazado de un oleoducto y una terminal portuaria que prevé una inversión de unos 2500 millones de dólares y aumentará en 2,5 veces la capacidad de salida del petróleo neuquino.
La iniciativa incluye la construcción de un oleoducto de 600 km que partirá desde el núcleo de desarrollo no convencional en Neuquén y llegará hasta Punta Colorada. El petróleo “ingresará a una terminal de exportación de clase mundial que se construirá en el Golfo San Matías, que se conectará a dos monoboyas ubicadas a 6 km de la costa, donde amarrarán los buques tanqueros”, se indicó desde la empresa.
“Toda la operación se hace bajo normas de seguridad internacional que hacen que el proceso sea seguro, sin impacto para las personas o el ambiente”, aseguró YPF en un video explicativo y agregó que las obras son “la llave para destrabar todo el potencial que tiene Vaca Muerta”.
El Oleoducto Vaca Muerta Sur es el proyecto de infraestructura de mayor magnitud que tiene en marcha YPF, con vistas a convertirse en la principal vía exportadora del crudo neuquino y para la inversión prevista firmó preacuerdos con otras productoras y socias para avanzar en su financiamiento.
Entre otros detalles técnicos, la obra permitirá impulsar 60.000 metros cúbicos de petróleo por día, equivalente a 372.000 barriles de crudo, una capacidad muy superior a la que dispone actualmente el sistema de Oleoductos del Valle (Oldelval), que une Vaca Muerta con Puerto Rosales, en el complejo marítimo de Bahía Blanca, que transporta unos 36.000 metros cúbicos/día.
Su impacto también se extenderá a la contratación de no menos de mil personas de manera directa y de otras tres mil de manera indirecta, y la movilización de cientos de proveedores.
En ese marco se calcula que a través de la estación portuaria rionegrina se podrá despachar, a partir de 2025, un buque cada cinco días con capacidad para 390.000 metros cúbicos, lo que a nivel anual podría sumar un volumen total de 25 millones de metros cúbicos, equivalente a 155 millones de barriles de petróleo por año.
El proyecto también contempla la construcción de 20 tanques de reserva sobre una superficie de 250 hectáreas costeras, con una capacidad de almacenamiento de 1 millón de metros cúbicos, equivalente a 6,2 millones de barriles.