La robotización en la atención de la salud humana más la incorporación de Inteligencia Artificial asoma ya como una realidad. ¿Estaremos a salvo?. Mirá el video de cómo funcionan
El hospital Elmhurst Memorial ubicado en las afueras de Chicago, Illionis, incorporó a su atención a dos robots que asisten al personal de Enfermería con la provisión de medicamentos y suministros para los pacientes. La experiencia, que justifican en la crisis de profesionales, revoluciona la atención de la salud y especialmente al mundo del trabajo en todo el planeta. Ambos robots ya han “ahorrado” en dos meses 3100 horas de trabajo a humanos y “más de dos millones de pasos” que deben dar para recorrer los largos pasillos de las salas de internación.
La “panacea” difundida por el centro de salud norteamericano, agregó que los empleados robóticos trabajan las 24 horas, con un breve intermedio para recargar sus baterías. En nuestro país, quienes apoyan estas incorporaciones agregarán también el “ahorro” en salarios, cargas familiares, aportes previsionales, ausencias injustificadas y todos los ítems que conforman el llamado “costo laboral”.
Ahora bien: la robótica ha sido incorporada al mundo industrial hace muchos años y esta no sería una novedad en cuanto al reemplazo de seres humanos en la oferta laboral. Lo que sí aparece como una amenaza en esta incorporación es por un lado la relación con un tema tan sensible como lo es la salud y por otro lado porque la revolución de la Inteligencia Artificial puede dotar a estos ingenuos robots en analistas de patologías y hasta generar instrucciones de medicación. Es que con sólo cargar una vez los parámetros de salud o de enfermedad, los analistas creen que podrían diagnosticar padecimientos en las personas.
El choque entre la concepción de atención de la salud entre diferentes generaciones ha sido analizada en la historia contemporánea, pero nunca como ahora ese encontronazo será tan cruel. Estas y otras opiniones similares han dado a conocer especialistas de la medicina de Europa y Estados Unidos, en el medio de un cambio revolucionario de concepción de vida saludable.
La diferencia conceptual de salud y atención de la enfermedad ha ocupado los debates de los últimos cincuenta años, “pero nunca como ahora estaremos perdiendo de vista la relación médico-paciente, la contextualización de una patología o la necesidad de contención humana que requieren nuevos padecimientos que trae la tecnología virtual”, señalaron.
Por ahora, la construcción de un vehículo, el envasado de mercadería, la elaboración de artículos periodísticos y hasta el reemplazo de conductores de televisión, están a la vista en el desarrollo de la tecnología y especialmente de la IA. Otros también vinculados con el desarrollo espacial, bélico o industrial son destacados a la hora de mostrar innovaciones y desarrollos.
No obstante, el horizonte de máquinas o virtualidades para las atenciones o relaciones humanas hace muy inquietante a las próximas décadas.
Ese horizonte apremia, no se detiene por más refractarias que sean las reacciones y si no se puede evitar, al menos habrá que incorporarles algo de sensibilidad para no transformarnos nosotros también en robots.
Si todo se redujera a utilizar los robotitos como «servicio de transporte» estaría todo bien; incluso en tareas muy especializadas, como cirugias complejas por ejemplo, también está bien; no olvidemos que desde hace unos años hay un robot, llamado Da Vinci, que permite operar a distancia. Obviamente, Da Vinci no trabaja ni decide por si mismo sino que hay un cirujano humano del otro lado de la línea, pero seguramente no faltará mucho para que sea autosuficiente. Ahora, la discusión se da en aquellas tareas donde no solo se trata de presición o capacidad de trabajar sin descanso, sino que, además, se necesita entender las mas mínimas reacciones del paciente; esas reacciones que solo se pueden ver interpretando los gestos, las miradas, dónde duele, cuánto duele, el contexto, etc. Todas esas reacciones serían casi imposible de interpretar por una inteligencia artificial por mas inteligente que sea; son reacciones que tienen que ver con la psiquis y no, necesariamente, con lo físico; mas que ver con las subjetividades y no tanto con las objetividades. Así como no es posible reemplazar a un Juez, o Jurado, por una computadora que tuviera cargado todo los Codigos (Penal, Administrativo, Civil, etc) esperando que defina una pena exacta para cada delito y para cada acusado, tampoco es posible pensar que haya una Inteligencia Artificial (IA) capáz de reemplazar a un humano en la labor médica o de enfermería. El día que eso se logre, esa Inteligencia ya no será artificial sino que habremos fabricado un humano.
Muchas gracias por tu análisis Gabriel!