El panorama económico y político en Argentina se presenta incierto. La pérdida de liderazgo en la exportación de harina de soja, las declaraciones de Milei sobre política comercial y la demanda de dólares, plantean cuestiones que el país deberá abordar en los próximos meses para estabilizar su economía y mantener su posición en el comercio agrícola internacional.
Argentina está perdiendo con Brasil
Durante un cuarto de siglo, Argentina se afianzó como el principal exportador de harina de soja en el mundo, consolidando su posición como productor y exportador. Sin embargo, hubo cambios significativos y está cediendo su reinado a Brasil. Este cambio drástico en la jerarquía de los exportadores de harina de soja es el resultado de una sequía devastadora que ha afectado a Argentina y el éxito de Brasil en sus cosechas.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la sequía que azotó a Argentina ha tenido un impacto negativo en la producción de harina de soja para la campaña actual. Mientras tanto, Brasil ha registrado un volumen récord en su cosecha de soja y, por ende, de harina de soja. Como resultado de estos eventos, Argentina perderá su puesto como el principal exportador mundial de harina de soja por primera vez desde la campaña de 1997/98, siendo superado justamente por Brasil.
Las cifras lo confirman. Las exportaciones argentinas de harina de soja han disminuido en un 21% en comparación con la campaña anterior, alcanzando 21,1 millones de toneladas, mientras que las exportaciones brasileñas se proyectan en 21,5 millones de toneladas.
Argentina como productor
A nivel mundial, Argentina se encuentra en el cuarto lugar en la producción de soja, por detrás de China, Estados Unidos y Brasil, y seguida por la Unión Europea. Los cinco principales actores concentran el 80% del volumen de harina de soja del mundo. La razón clave detrás de la posición dominante de Argentina es su capacidad de exportación, ya que su consumo interno de harina de soja es pequeño en comparación con su producción total. Este excedente exportable ha sido un pilar fundamental en la economía argentina.
Sin embargo, para el 2024, la BCR estima que la producción mundial y los suministros de exportación de harina de soja experimentarán un aumento significativo, lo que resultará en una caída pronunciada en los precios en los primeros seis meses de 2024, disminuyendo entre un 24% y un 29% en comparación con el año anterior.
Milei echa nafta al fuego
La situación económica y política en Argentina se vuelve aún más incierta debido a las declaraciones recientes de Javier Milei, el candidato a presidente más votado en las PASO. Milei expresó su disposición a romper relaciones comerciales con “regímenes comunistas”, es decir que no va a comercializar con China ni Brasil, nuestros dos principales socios comerciales. Un suicidio. Esto ha generado gran preocupación en «el campo». Si esto sucediera, podría tener un impacto demoledor en nuestra economía.
El sector agroindustrial en Argentina depende en gran medida de las exportaciones. La soja, la carne, y otros cultivos, son una fuente importante de ingresos para el país. La amenaza de romper relaciones comerciales con China y otras naciones podría afectar gravemente las exportaciones y, por lo tanto, reducir los ingresos del país.
Estas declaraciones pueden socavar la confianza de las empresas en la estabilidad de las políticas comerciales y económicas del país. Cuando se siente que las políticas pueden cambiar drásticamente, no se suele invertir. La ideología va por un lado y los negocios por otro.
La situación financiera Argentina
En medio de este panorama, la situación financiera en Argentina se encuentra en un estado delicado, con una creciente inestabilidad cambiaria. El mercado de soja se encuentra prácticamente paralizado mientras los inversores buscan refugio en el dólar ante las elecciones presidenciales.
El Banco Central ha emitido comunicados para tranquilizar, pero la inestabilidad persiste. La comercialización de soja se encuentra en mínimos históricos, ya que los productores retienen sus cosechas a la espera de un panorama postelectoral más claro.