“¿Qué se hace con Maradona? Las respuestas están en el libro Un D10S en la Patagonia: se lo humaniza. Por ejemplo, se lo descubre tomando un café, viajando en un Renault 12 por una polvorienta Ruta 22 en lo que parecería ser una de esas películas medio bonachonas sobre la Patagonia que gustaba hacer Carlos Sorín. Maradona viento. ¿Qué fue y es Maradona en el mapa de nuestra vida?, ¿cómo lo debemos recordar?, ¿con cuál de los Maradonas hay que quedarse? Dejamos que el lector construya sus propias respuestas, las que seguro serán más completas y sabrosas luego de la experiencia con este libro”. Esto lo escribió en el prólogo el historiador Fernando Casullo.
El libro Un D10s en la Patagonia reconstruye las presencias de Diego Armando Maradona en algunas ciudades de las provincias de Neuquén y Río Negro. A partir de crónicas y relatos, el libro reúne textos de los periodistas Fabricio Abatte, Jordi Aguiar Burgos, Rodolfo Chávez, Pablo Montanaro y Sebastián Sánchez y fue publicado por Ediciones Fuerte al Medio.
Los 18 textos que conforman el libro fueron escritos por a partir de una rigurosa investigación, recopilación de testimonios y entrevistas y describe en forma cronológica cada uno de los pasos del mejor futbolista de todos los tiempos por las ciudades de ambas provincias en las que estuvo: desde aquella primera vez en la Patagonia, más precisamente en Cipolletti en 1977 con la Selección Juvenil Argentina donde convierte su primer gol con la celeste y blanca en un partido amistoso contra el equipo rionegrino; con la camiseta de Argentinos Juniors frente a Deportivo Roca en General Roca en 1980; su estadía en Villa La Angostura donde se preparó para su vuelta a Boca en 1997; su participación en el torneo de Showbol en el estadio Ruca Che de Neuquén en 2008 , y su vuelta a Cipolletti donde entrenó a la selección argentina para el amistoso contra Haití en Cutral Co, de cara al Mundial de Sudáfrica 2010.
![yoyoyoyo » Pasó Hoy](https://pasohoy.com/wp-content/uploads/2023/09/yoyoyoyo.jpg)
Además se incluyen testimonios de personas de ambas provincias que tuvieron la posibilidad de conocerlo y compartir un tiempo con el 10. Se incluyen numerosas fotografías de Maradona durante estas presencias, muchas de ellas permanecían inéditas.
Presentación
El libro se presentará el Jueves 14 de Septiembre a las 19 horas en el auditorio del Museo Nacional de Bellas Artes (Mitre y Santa Cruz, Neuquén capital) en el marco de la décima edición de la Feria Internacional del Libro de Neuquén.
Gracias a la generosidad de los autores de este libro, compartimos aquí uno de los capítulos incluidos en este libro:
![yioyiyoyio » Pasó Hoy](https://pasohoy.com/wp-content/uploads/2023/09/yioyiyoyio.jpg)
Cipolletti, 1977. El primer gol con la celeste y blanca en La Visera
(Por Sebastián Sánchez).- «Se presenta la selección juvenil con la estrella de Argentinos Juniors, Diego Armando Maradona» vociferaban los altoparlantes de un auto que recorría las calles de la ciudad de Cipolletti. El combinado argentino jugaría en La Visera ante el club de la ciudad, y Diego con solo 16 años de edad era una estrella naciente que ya estaba en boca del mundo futbolero.
En la soleada tarde del 8 de abril de 1977 jugaron efectivamente Cipolletti versus Argentina Sub 20. La concurrencia no fue acorde a la relevancia de lo que sucedería. Los amantes del fútbol presentes en las gradas no tuvieron noción instantánea del suceso que presenciaron para la historia del enrulado número 10, y de la ciudad.
Solo siete meses atrás, el 20 de octubre de 1976, Diego adolescente había debutado en la primera de Argentinos Juniors por el Torneo Nacional contra Talleres de Córdoba por la octava fecha en el estadio de La Paternal, en Juan Agustín García y Boyacá –que hoy se llama “Diego Armando Maradona”. Su entrenador le avisó en el entretiempo que ingresaría por Rubén Giacobetti. Juan Carlos Montes se animó a pedirle al pibe: “entrá y meté un caño”. Dieguito, que tenía 15 años y 355 días, ingresó con la camiseta roja y banda blanca con el número 16 y cumplió el pedido de su director técnico en la primera pelota que tocó, le hizo un túnel al volante central cordobés Juan Cabrera. Se convirtió así en el futbolista más joven en debutar en el fútbol argentino (luego sería superado por Sergio Agüero en 2003). El partido finalizó con derrota por 1 a 0 para los de La Paternal.
En febrero de 1977, 40 días antes de su arribo a Cipolletti con la sub 20, Maradona debutó en la selección mayor jugando jugando 25 minutos en la Bombonera contra Hungría. Más allá de algún partido preliminar y tras un amistoso en Chascomús con la selección juvenil en el que no convirtió goles, llegó a Cipolletti el adolescente de 16 años y pelos enrulados que le cubrían la frente. La naciente trayectoria de Diego explica por qué La Visera no explotó de gente ese día pero la concurrencia fue aceptable. Se recaudaron $1.800.000 (unos 5 mil dólares).
Argentina saltó al césped cipoleño con camiseta blanca con cuello y un imponente escudo de AFA sobre el corazón –naturalmente sin estrellas-, pantalón negro y medias blancas. El albinegro salió con la tradicional camiseta a bastones, pantalón blanco y medias blancas. Las dos vestimentas de aquellas tradicionales indumentarias de piqué, y con mangas largas. El capitán de Argentina no fue Maradona sino el robusto marcador central Edgardo Bauza, años más tarde reconocido como El Patón, quien al igual que Diego también llegaría a dirigir la selección mayor.
Un solo nene entró como mascota a la cancha, Facundo, vestido íntegramente con el equipo de Cipolletti, y posó con las dos formaciones. En Argentina lo hizo arrodillado frente a Sergio Luna, quien lo tomó de los hombros. Entre los también hincados Jorge Gáspari (que un año después con un histórico zurdazo en Rosario le daría el único título de primera división a Quilmes), y el propio Diego Armando Maradona.
El rival, Cipolletti, tenía un receso en su disputa por acceder al Torneo Nacional de 1977. Ya había despachado a El Ciclón de Patagones y Gaiman de Chubut en el Regional, y dos semanas después del amistoso contra la selección, le ganaría las finales a Santamarina de Tandil, en una recordada fiesta y algarabía albinegra tanto en las sierras de la provincia de Buenos Aires como en la región, con una multitudinaria caravana en el regreso del plantel a paso de hombre y a puro festejo porque el máximo representativo del Alto Valle accedía por tercera vez al fútbol de primera división.
Cipolletti dominó el primer tiempo del amistoso contra la selección juvenil Argentina, con Juan Enrique Strak manejando los hilos del mediocampo. El negocio del local fue atacar por derecha con García y Dorado desbordando al jugador riverplatense Romero, y con Juárez y Franco burlando la ley del offside que proponía la selección de la escuela de Menotti. Por la derecha del ataque de Cipolletti, Rubén “Bambi” Flores estuvo bien contenido por el defensor Alvarez. Argentina tuvo lo suyo con una serie de paredes rápidas entre Maradona, Delgado, Luna y Gáspari, que terminó con un disparo de Diego que rozó el poste.
A los 25’ llegó el gol de Cipolletti. El “5” de la selección, González, bajó a Franco unos nueve metros afuera del área. Acomodó la pelota Rodolfo Alfredo Juárez, y con una rosca impecable superó a la barrera y la colocó al lado del palo del arquero Vijandre, quien voló al borde del área chica y sólo pudo girar la cabeza para ver el final de la parábola perfecta del balón.
Le tocó el orgullo a la selección, que fue con ímpetu a buscar el empate, pero el zaguero albinegro Ramón Ledesma anticipó cada peligro y salió jugando con clase. Nadie podía adivinarlo, Argentina tenía en su número “10” a un jugador capaz de ganar partidos solo. A los 43’ avisó Maradona, tras un centro de Delgado, disparó y la pelota dio en el travesaño para frenar en el alambrado de la tribuna de la calle O’Higgins.
La selección estaba a ocho días de debutar en el Campeonato Sudamericano de Venezuela, en la otra punta del continente. No le hacía gracia caer en la Patagonia ante un equipo albinegro que con orden y jerarquía ese año coronaría su mejor temporada en el fútbol grande. El ingreso de Miguel Candedo mejoró el rendimiento de Argentina, pero crecieron aún más los marcadores centrales Ledesma y Gilberto Machado Gómez. Recién a los 40’ del segundo tiempo pudo empatar Candedo, el volante de Huracán. Pero el amistoso se metería en la historia del fútbol dos minutos después.
“Maradona con un desconcertante cambio de piernas dentro del área desequilibró a sus marcadores y entrando raudamente con un disparo a ras del suelo decretó el 2 a 1” fue el tibio análisis del diario Río Negro, ignorando que en el arco que da espaldas al pasaje Kleppe, se convertía el gol fundacional de una leyenda. Allí, en el estadio cipoleño, comenzaba a hacer historia una resonante estrella del fútbol mundial, que nueve años más tarde haría un gol muy parecido pero mucho más famoso, ante Bélgica en el Estadio Azteca, por la semifinal del mundial de México.
La pitada final encontró a Cipolletti tratando de evitar la derrota, pero el dos a uno ya era inamovible.
Cipolletti: Dalmás; Murillo, Ledesma, Machado Gómez y J. Flores; García, Strak y Juárez (Villarruel); Dorado (Calderón), Franco y R. Flores. DT: Vicente Cayetano Rodríguez.
Argentina: Vijandre; Alves, Fussani (Olarticoechea), Bauza y Romero; Gáspari (Candedo), González (López) y Luna; Delgado, Maradona y Pérez. DT: Rogelio Poncini.
Goles: 25′ Juárez (C). 85′ Candedo (A). 87′ Maradona (A).
Arbitro: Alberto D’Onofrio.