Las especulaciones sobre las 15 mil rusas que entraron al país son muchas. Oficialmente, las versiones son impecables. Qué hay detrás de este “turismo”. Qué pasa con esos bebés, debería preguntarse ahora la justicia.
El ingreso el año pasado a la Argentina de unas 15 mil mujeres rusas embarazadas primero despertó las sospechas, luego la apertura de causas judiciales y ahora la salida a la superficie de una agencia especializada en el llamado “turismo de nacimiento”. No obstante, el análisis oficial es sobre la documentación con la que ingresan las mujeres y si encierra una llamada “trata de personas”.
Lo que subyace en la sospecha de la gente y de los organismos es qué sucede con los bebés que nace en nuestro país, ya que sobre eso nada se dice.
La salida a la superficie de la agencia RuArgentina permitió en las últimas horas saber que desde 2017 publicitan en Rusia la venida a parir a nuestro país, con valores que van desde los tres mil dólares hasta los 17 mil “para servicios VIP”, dice su titular Kirill Makoveev.
Rápido de reflejos, aclara que “no trabajamos con hospitales públicos y tampoco con otros doctores por fuera de los que nosotros ofrecemos, porque es una cuestión muy sensible, por el tema de accidentes”, en una entrevista publicada en el diaro La Nación.
Por su parte, la titular de Migraciones, Florencia Carignano, informó que sólo el jueves pasado en un vuelo internacional de la línea Ethiopian ingresaron a Ezeiza 33 mujeres. El turismo para nacer en Argentina se multiplicó a partir de las sanciones que el mundo occidental impulsado por Estados Unidos y Europa aplicaron a Rusia a partir de la guerra con Ucrania.
No obstante, esa explosión de mujeres que ingresan con 33 semanas de gestación sólo se produce en la Argentina. Y esto tiene su explicación, según el diario londinense The Guardian: el pasaporte nuestro permite el ingreso a 171 países sin ningún tipo de visado (incluidos la Unión Europea, Japón y Gran Bretaña), a diferencia del documento ruso que ahora sólo permite ese tipo de ingreso a sólo 80 países en el mundo.
Esta ventaja y la amplísima lista de servicios que ofrece la organización montada en la Argentina son la base de la respuesta a uno de los por qué del ingreso masivo de rusas embarazadas.
Lo no respondido hasta ahora es qué sucede con los bebés nacidos en clínicas privadas y médicos de un listado exclusivo de la agencia. Porque todo lo otro está resguardado por el marco de la ley nacional: documentación en regla, lugar de residencia temporal y hasta el pasaje de regreso a Rusia. El control de ingreso es sumamente exhaustivo ahora que la justicia federal puso el foco en la masiva entrada a nuestro territorio.
Ahora bien, ¿se realiza un seguimiento sobre estas 15 mil mujeres rusas que entraron durante el año pasado? ¿Se vigila el destino de esos bebés, si regresan con ellas o siguen otros caminos no legales?.