Hace 50 años, el 23 de septiembre de 1973, se vivió un día histórico. Y no estamos usando esta expresión a la ligera, no es una frase hecha, sino la realidad de un acontecimiento que dejó una huella indeleble en la memoria colectiva de nuestra sociedad.
El comienzo
Exactamente 18 años atrás, el 23 de septiembre de 1955, la Plaza de Mayo presenció la investidura del general Eduardo Lonardi como presidente de la autoproclamada “Revolución Libertadora”. Mientras tanto, al mismo tiempo, Juan Domingo Perón aguardaba en la cañonera Paraguay, anclada en el puerto, en busca del reconocimiento de asilo y un salvoconducto por parte de las «nuevas» autoridades.
Dieciocho años después, a 6570 días de distancia, otro 23 de septiembre, pero de 1973, la Plaza de Mayo se llenaba nuevamente de fervor para celebrar la victoria electoral de Perón, que lo conduciría por tercera vez a la Casa Rosada.
El derrocamiento de Perón desencadenó un prolongado período de agitación política y constante inestabilidad, con dos golpes de estado entre medio. Este período turbulento pareció acercarse al fin cuando, en mayo de 1972, el gobierno de facto bajo el mando del general Alejandro A. Lanusse, debilitado, anunció la convocatoria a elecciones presidenciales para el 11 de marzo de 1973.
Estos comicios, como había sido la tónica de esas últimas dos décadas, no estuvieron exentos de prohibiciones políticas. Esta vez, los peronistas tuvieron la oportunidad de participar, pero Perón permaneció proscripto porque temían su influencia. Esta situación generó un duelo político y retórico entre Lanusse y Perón caracterizado por históricos enfrentamientos verbales, como la famosa declaración de Lanusse de que «a Perón no le da el cuero para venir». El conflicto llegó a su fin con el regreso temporal de Perón al país el 17 de noviembre de 1972.
Cámpora al gobierno, Perón al poder
El 25 de mayo de 1973, Héctor Cámpora asumió la presidencia de Argentina. Su elección, marcada por un gran respaldo popular, marcaba el fin (a medias) de la proscripción del peronismo. Sin embargo, su gobierno fue breve y estuvo marcado por fuertes tensiones.
La llegada del «tío» Cámpora al poder permitió la vuelta de Juan Domingo Perón del exilio. Una multitud fue esperar al viejo líder, pero este regreso se convirtió en un episodio trágico. La violencia política estalló en las inmediaciones del aeropuerto de Ezeiza, dejando un saldo de muerte y ahondando la división en el movimiento peronista.
Ante las tensiones internas, el 12 de julio de 1973, tanto el presidente Cámpora como el vicepresidente Vicente Solano Lima anunciaron su renuncia, argumentando que el verdadero candidato del Frente Justicialista de Liberación era Perón. Raúl Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados, asumió la presidencia de manera interina, aunque no era el siguiente en la línea sucesoria. Antes estaba el presidente provisional del Senado, Alejandro Diaz Bialet, a quien «enviaron” de urgencia a África.
Este período interino fue corto, pero marcó el camino hacia nuevas elecciones presidenciales, que se convocaron para el 23 de septiembre de 1973. Estas elecciones tenían un propósito claro: poner fin a la inestabilidad política y establecer un mandato presidencial de cuatro años, que se debían computar desde la asunción de Cámpora.
Perón Perón: la fórmula
Juan Domingo Perón, a pesar de su edad avanzada (tenía 77 años), aceptó ser nuevamente candidato a la presidencia. En algún momento se pensó en una fórmula de unidad Perón-Balbín, pero la edad del expresidente hacía presuponer que tal vez no terminaría el mandato. Esto negó la posibilidad del acuerdo, ya que existía el temor de que en caso de suceder, Balbín, del partido radical, asumiera la presidencia en lugar de Perón, quien finalmente eligió como su compañera de fórmula para la vicepresidencia a su esposa María Estela Martínez, conocida como ‘Isabelita’. Era la primera vez en la historia mundial que una mujer era elegida como vicepresidenta en una fórmula presidencial por voto popular.
Elecciones y victoria abrumadora
Las urnas hablaron con claridad. La fórmula Perón-Martínez de Perón, representando al Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), obtuvo una victoria aplastante con el 61.85% de los votos, estableciendo otro récord en la historia electoral del país. Perón se convirtió nuevamente en el presidente electo con mayor respaldo en las urnas en la historia argentina, solo superado por la elección donde él mismo salió triunfante en 1951.
El 23 de septiembre de 1973 marcó el inicio de un momento clave en la historia argentina. El regreso de Perón al poder simbolizó el resurgimiento del peronismo proscripto y un efímero regreso de la democracia en el país. A pesar de los desafíos y las violentas tensiones que caracterizaron este período, medio siglo después, la memoria de aquel 23 de septiembre sigue viva en la conciencia colectiva argentina.
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