El cuarto informe sobre el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV) que realiza en la Argentina la Fundación Bunge y Born muestra quiénes en la sociedad no valoran las inoculaciones.
La Fundación Bunge y Born presentó este martes el cuarto informe sobre el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV) en Argentina y muestra a dos sectores etarios de la sociedad que caen paulatinamente en la valoración de lo que significan los esquemas obligatorios de vacunación. También se mostró qué regiones tienen mayor acceso a esos esquemas, donde la Patagonia se encuentra en segundo lugar.
La preocupación de los especialistas es que, por ejemplo, quienes tienen entre 15 y 20 años muestran una baja constante desde 2019 (antes de la pandemia por coronavirus) y son la franja que “a futuro (…) podrán tener menores o adultos a cargo, y tomarán decisiones relacionadas a su vacunación”, de acuerdo con el informe dado a conocer por la Fundación.
El trabajo enviado a Pasó Hoy recordó que es “el cuarto año que realiza este estudio interanual —el primero fue de 2019— que permite analizar cómo varía el nivel de confianza de la población respecto a la importancia, seguridad y eficacia de las vacunas en general, y la eventual presencia de barreras en el acceso a las vacunas”.
El objetivo del estudio es “generar conocimiento que posibilite mejoras en el diseño de programas y estrategias de inmunización, y orientar de manera más eficiente recursos humanos y financieros en el marco de las políticas de salud pública”.
El Director Ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, Gerardo della Paolera, aseguró: “Es imperioso que sigamos hablando de la importancia de las vacunas, en las distintas edades y etapas de la vida. Por eso, a través del ICAV, trabajamos para determinar la confianza de las personas y, al mismo tiempo, para visualizar cómo es el acceso a ellas en las distintas regiones. Utilizamos evidencia empírica y una metodología científica probada internacionalmente. Los datos que arroja el ICAV se vuelven fundamentales para la planificación de estrategias de inmunización en salud pública”.
Confianza y desconfianza
El índice de confianza (IC) de la población en las vacunas durante el año pasado es de 85,9 puntos, con un leve aumento sobre el registrado en 2021 (0,5 por ciento), pero aun inferior al que se observó en el estudio prepandemia que había alcanzado un 93,7, con una caída del 8,3 por ciento.
Esa confianza o desconfianza se afirma sobre tres pilares “la efectividad, su importancia para los niños y si son seguras” y muestra disímiles opiniones entre los grupos etarios en que se conformó la muestra.
Si bien la mayoría de la población muestra que quienes tienen entre 21 y 50 años mantienen una valoración positiva hacia los esquemas de vacunación, el informe de la Fundación Bunge y Born señala que “los grupos etarios en los que bajó la confianza son los mayores de 65, que pasaron de 91,2 puntos a 83,9, (-8%). Y también lo hicieron quienes tienen entre 15 y 20 años, en los que se presenta una tendencia a la baja constante desde 2019. Quienes integran esta franja, a futuro, son quienes podrán tener menores o adultos a cargo, y tomarán decisiones relacionadas a su vacunación”.
Acceso a la vacunación
Con el objetivo de “mejorar la medición de este aspecto en Argentina, este año fue incorporado un nuevo tipo de sondeo, que se realiza por primera vez en nuestro país y cuyos indicadores fueron propuestos por el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico (SAGE) perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, se indicó en el informe.
Además, se incorporaron preguntas específicas para detectar problemas de acceso en cuidadores (es decir, aquellas personas que brindan cuidados a menores de 14 años), con lo que “el índice de acceso en 2022 es de 66.9 puntos para quienes cuidan de menores”.
Otro dato interesante que muestra el trabajo en el segmento “Sobre el rol de los profesionales de la salud en cuanto a la vacunación”, sostiene que “uno de cada seis cuidadores afirma que alguna vez un profesional de la salud le recomendó no vacunar a su menor a cargo. A partir de esta afirmación, se detectó una “asociación” entre aquellos que recibieron la recomendación de “no vacunar” y niveles más bajos de confianza y acceso”.
Otros datos y el equipo
El estudio se realizó mediante un cuestionario estructurado con sistema IVR a celulares; con un diseño muestral aleatorio, estratificado por provincia y región. Cuenta con estimadores de calibración, en función de datos paramétricos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, balanceando sexo, edad, cantidad de integrantes del hogar, nivel educativo y provincia. La estimación de los intervalos de confianza se realizó mediante métodos de Montecarlo.
La medición de la confianza está basada en el modelo del Vaccine Confidence IndexTM desarrollado por un equipo interdisciplinario de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por las siglas de su nombre en idioma inglés: London School of Hygiene & Tropical Medicine), y agrega medidas según algunas variables sociodemográficas.
El equipo de trabajo de la Fundación Bunge y Born está integrado por la directora de Proyectos de Educación, Salud, Sustentabilidad e Innovación Social, Alejandra Candia; el coordinador de Proyectos, Julio Ichazo; la gerenta de Proyectos, Brenda Walter; y la analista de Proyectos, Dana Gutman.
Participan en este proyecto como fellows asociados: el doctor en Economía, Guillermo Bozzoli; el magíster en Estadística matemática, Tomás Olego; el diseñador gráfico y especialista en visualización de datos y diseño de interfaces, Andrés Snitcofsky y el médico clínico, especialista en Medicina Interna y Geriatría e investigador y docente, Jorge Insúa.
El informe completo se puede leer aquí.